WEB 3.0: Más allá del hype - Principios y oportunidades

Por Roberta Isfer, Directora de Innovación para Visa América Latina y el Caribe 

Estamos viviendo en una época de gran transformación, en la que las tecnologías emergentes están ganando terreno y adoptándose a gran escala. Muy pronto, nuestra identidad digital, la propiedad que ejercemos sobre nuestros datos personales y la forma en que interactuamos y pagamos serán significativamente diferentes a lo que experimentamos hoy.

Por ello, considero importante abordar el tema sin sensacionalismos, explorando el contexto actual y cómo podemos aprovechar lo que está por venir antes de que la Web 3.0 se vuelva convencional/popular en la práctica. Necesitamos comprender la tecnología, los conceptos y los casos de uso que darán forma a las interacciones digitales en la próxima década.

Antes de profundizar en el tema, vale la pena aclarar la diferencia entre la Web 3.0 y el Metaverso. Aunque a menudo los dos términos suelen confundirse, la Web 3.0 es la infraestructura y la tecnología que hacen posible una nueva evolución de Internet, mientras que el Metaverso puede beneficiarse de esta nueva tecnología y así establecer diferentes experiencias inmersivas que permiten nuevas formas de interactuar, comprar y mover dinero.

Si la Web 1.0 revolucionó el acceso a la información y la Web 2.0 cambió por completo la publicación de contenido y las interacciones en línea, la Web 3.0 va aún más allá al brindar a los usuarios transparencia, propiedad y portabilidad de activos digitales, es decir, el registro de propiedad de un activo.


La Web 3.0 reemplazará las plataformas corporativas centralizadas 

Con protocolos abiertos y redes descentralizadas administradas por comunidades, combinando así la infraestructura abierta de la Web 1.0 con la participación pública de la Web 2.0. La Web 3.0 representa la próxima evolución de Internet, brindando a los usuarios nuevas posibilidades e interacciones.

Uno de los aspectos clave de esta nueva Internet es la transformación de la identidad, propiedad, privacidad y gestión de los activos digitales. Al adoptar un enfoque entre pares (peer-to-peer), la Web 3.0 integra tecnologías emergentes como tokens y blockchain para establecer relaciones basadas en la confianza a través de transacciones definidas por un código abierto inmutable y descentralizado.

Uno de los retos es el tema de la identidad digital. Actualmente, no existe un protocolo unificado para definir y administrar identidades en línea. La Web 3.0 permite a los usuarios implementar nuevas formas de almacenar datos, protocolos de seguridad y propiedad, lo que tiene el potencial de crear una Internet más transparente y segura para todos a través de credenciales de identidad criptográficas.

Otro aspecto clave de la Web 3.0 es la economía tokenizada, la cual está basada en la propiedad de activos digitales representados por tokens. Este enfoque ofrece nuevas oportunidades para monetizar las actividades y contribuciones de los creadores y usuarios, permitiéndoles tener más control sobre su propio valor.

Por otra parte, sigo con entusiasmo los esfuerzos del gobierno brasileño para llevar adelante el proyecto del Real Digital, iniciativa que tiene el potencial de transformar a todo el sector financiero. A principios de Julio, se dio otro paso importante cuando el Banco Central puso a la disposición el código fuente que fue utilizado para la fase de prueba del proyecto piloto del Real Digital. Asimismo, las empresas involucradas en el proyecto ya deberían estar incluidas en el entorno de prueba.


Gestión de activos digitales

Continuando con el tema de los activos digitales, quiero ir un poco más allá y resaltar la importancia de la gestión de estos activos en esta nueva Internet que vemos surgir, en la que activos digitales pueden tomar diferentes formas como criptomonedas, tokens, tokens no fungibles (NFT), identidades digitales y mucho más. A continuación, muestro algunos aspectos de la gestión de activos digitales que ilustran soluciones de la Web 3.0:

Propiedad y control: permite a los usuarios tener propiedad y control directo sobre sus activos digitales mediante el uso de claves criptográficas. En este sentido, los usuarios tienen una clave privada única que les otorga control y acceso a sus activos dentro de la blockchain. Esta propiedad permite a los usuarios transferir, comercializar o utilizar sus activos como mejor les parezca, sin depender de intermediarios.

Billeteras y gestión de claves: introduce billeteras digitales que sirven como contenedores seguros para almacenar claves criptográficas y gestionar activos digitales. Estas billeteras pueden ser aplicaciones, dispositivos de hardware o incluso extensiones del navegador. Las billeteras permiten a los usuarios almacenar e interactuar de manera segura con sus activos, firmar transacciones y administrar sus identidades digitales.

Interoperabilidad y portabilidad: se centra en la interoperabilidad, permitiendo a los usuarios gestionar sus activos digitales en múltiples plataformas y blockchains. A través de protocolos estandarizados y soluciones cross-chain, los usuarios pueden transferir o interactuar con sus activos sin fricciones en diferentes redes de blockchain. Esta interoperabilidad aumenta la portabilidad y la flexibilidad de los activos digitales dentro del ecosistema.

Gestión de NFT: los tokens no fungibles (NFT) son activos digitales únicos que representan la propiedad o la prueba de autenticidad de un artículo o contenido en particular. La Web 3.0 proporciona herramientas y plataformas para gestionar los NFT, incluyendo su compra, venta, transferencia y exhibición. La gestión de NFT implica interactuar con mercados descentralizados, plataformas de arte digital, ecosistemas de juegos y otras aplicaciones basadas en la tecnología blockchain.

Activos programables: los activos digitales se pueden programar, lo que permite una gestión más dinámica y sofisticada. Los contratos inteligentes permiten automatizar las funciones de gestión de activos, como por ejemplo la distribución de regalías a los creadores de contenido, la creación de instrumentos financieros complejos o la realización de transferencias condicionales.

Esta oleada de aplicaciones que promete reestructurar la Web tal como la conocemos, representa una nueva perspectiva para la identidad, propiedad, privacidad y gestión de los activos digitales. Adoptar protocolos abiertos y redes descentralizadas brinda a los usuarios transparencia y control sobre sus propios datos y el valor que poseen. La industria de pagos tiene la oportunidad de explorar y aprovechar los principios de la Web 3.0 para crear soluciones innovadoras centradas en el usuario, transformando la forma en que realizamos transacciones financieras e interactuamos en la era digital.

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